Nacimiento:

1897, Sucre (Bolivia)

Fallecimiento:

1967, Santiago de Chile (Chile)

Nacionalidad boliviana:

Por nacimiento

Destacado diplomático, escritor, político y académico boliviano. Abogado de profesión, se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, ministro plenipotenciario en Perú, Ecuador y Brasil y fue embajador en países como Chile y Perú. Ejerció la docencia universitaria y trabajó como periodista y director del periódico El Diario. Ostria se caracterizó principalmente por su visión estratégica, su enfoque diplomático orientado a la paz, su capacidad para gestionar documentación clasificada y su firme compromiso con la construcción de alianzas regionales y la reivindicación marítima boliviana. A lo largo de su vida pública, se mantuvo distanciado de las disputas y divisiones partidistas, pero esto no fue impedimento para cumplir de forma satisfactoria misiones diplomáticas con gran importancia para Bolivia. Dejó un aporte significativo en el contexto histórico de las relaciones exteriores de Bolivia.
Nació un 6 de febrero de 1897 en Sucre, Bolivia. Hijo de Eulogio Ostria Berenguel (1858–1912), funcionario del Banco Nacional de Bolivia, y de María Jesús Gutiérrez Elías (1874–1948), fue parte de una familia numerosa en compañía de sus cuatro hermanos: Eduardo, María Elena, María Leonarda y Julia Ostria Gutiérrez. Alberto Ostria se unió en matrimonio con Celia Luro Dimet, de una familia argentina de arraigo tradicional. Fruto de esa relación nacieron Alberto (1923) y Carmen (1927) Ostria Luro. Tras su divorcio, formalizó su vínculo conyugal con Elena Pérou Farfán, paceña con raíces francesas. De esa unión familiar, nacieron Elena y Marta Ostria Pérou. Alberto Ostria murió en Santiago de Chile, a los 70 años, el 24 de agosto de 1967. Tenía la intención de viajar con destino a Buenos Aires, no obstante, no lo logró por problemas de salud que lo obligaron a permanecer en la capital chilena. Luchó contra el cáncer financiando los tratamientos con sus propios medios, pero hacia el final de su vida, los intensos dolores lo inmovilizaron por completo. Se anunció, por diferentes medios, que sus restos serían trasladados a Sucre para su entierro.

Formación y aprendizaje
Alberto realizó sus estudios secundarios en un colegio de Sucre. En su etapa adolescente, formó parte de un colectivo de escritores y poetas llenos de energía y talento en la ciudad. En ese espacio, se congregaban y difundían sus producciones literarias que incluían cuentos modernistas o relatos breves sobre temas extraños o controversiales en aquel tiempo. En su juventud, dio sus primeros pasos en el ámbito académico y laboral como profesor de gramática en el Colegio Junín de Sucre, se encontraba bajo la dirección del destacado pedagogo belga Adhemar Gehain, lo que dio inicio a su amplio recorrido intelectual.
Hacia 1917, Ostria comenzó a trabajar en la carrera diplomática, de ahí en adelante, solo realizó visitas ocasionales a su ciudad natal. En ese año, a la edad de 20 años, fue nombrado primer secretario de Legación en Buenos Aires, Argentina. Después de haber cumplido este cargo, continuó prestando servicios por más de 27 años en el ámbito diplomático. Cumplió nuevamente la función de Secretario de Legación en Río de Janeiro, Brasil. Una epidemia de gripe se propagó en 1918 y Ostria se vio afectado. Durante varios días permaneció sin cuidados ni atención médica, postrado por la fiebre. Afortunadamente, logró recuperarse.
Obtuvo el título de licenciado en Derecho tras cursar sus estudios en la Universidad Federal de Río de Janeiro, donde se graduó como abogado en 1919. Para validar su título en Bolivia, elaboró una tesis titulada Estado de Sitio, que defendió en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier (USFX) de Sucre. Esta obra fue además publicada como un ensayo académico, publicación motivada por José Carrasco, su jefe de comisión, reconocido político boliviano, fundador del periódico El Diario y vicepresidente de la República entre 1913 y 1917. Entre 1922 y 1926 fue asignado a España para desempeñar la función de Encargado de Negocios. Entre 1926 a 1927, retornó a La Paz, y se desempeñó como periodista y director de El Diario. Además, trabajó como catedrático con notable reconocimiento en la asignatura de Derecho Internacional en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz. También, ejerció funciones como diputado nacional en 1927. Entre 1928 y 1936, se desempeñó como ministro Plenipotenciario de Bolivia en el Perú, uno de los cargos más exigentes de su carrera diplomática y de la diplomacia boliviana. Tuvo que afrontar acontecimientos relevantes para Bolivia: fue testigo de la crisis del Fortín Vanguardia en 1928 y de la Guerra del Chaco (1932-1935). Además, siguió de cerca las negociaciones entre Perú y Chile, que terminaron en la firma del Tratado de Lima de 1929 y su Protocolo Complementario. De la misma forma, tuvo que presenciar conflictos regionales por Leticia entre Colombia y Perú y también, las disputas fronterizas entre Perú y Ecuador. La experiencia y prestigio adquiridos en Lima, le dieron la oportunidad de defender con gran valor los intereses bolivianos durante la Guerra del Chaco, donde obtuvo apoyo de la opinión pública peruana. Gracias a ello, garantizó la vigencia del libre tránsito, algo que resultó importante en momentos críticos de aislamiento de Bolivia debido a la suspensión de transportes por Argentina y por el cierre de puertos de Antofagasta y Arica, como incumplimiento del Tratado de 1904.
En 1936, Ostria Gutiérrez se desempeñó como uno de los mejores impulsores en el denominado Pacto General de Amistad y No Agresión (conocido como Pacto Ulloa-Ostria) entre Bolivia y Perú por medio de una negociación con el canciller peruano Alberto Ulloa. A pesar de que el congreso peruano no lo ratificó de manera formal, sus principios (el libre tránsito, la no intervención, la cooperación y la no agresión) fueron claves para la pauta de las relaciones bilaterales durante décadas. Así también, llegaron a influir en eventos posteriores, como en el Tratado Comercial de 1948 y en el Acuerdo de Régimen Fronterizo de 1940. El pacto fue valorado como un compromiso político y moral reconocido por diplomáticos como Alberto Wagner mostrando una visión diplomática moderna y pacífica fuera de las controversias.
Fuera de su gestión en Perú, también llegó a representar a Bolivia como ministro plenipotenciario en Ecuador (1930) y Brasil (1936). Posterior a la Guerra del Chaco, el presidente Tejada Sorzano y el canciller Guachalla le dieron la tarea de gestionar una solución al aislamiento marítimo de Bolivia. El resultado de su cercanía personal con Alberto Ulloa facilitó las negociaciones bilaterales. Aun con el cambio de presidente en Bolivia por David Toro (1936-1937) y el canciller Baldivieso, se mantuvo respaldada la labor. De esta forma, Ostria buscó con mayor determinación el derecho de Bolivia a una salida soberana al Pacífico, donde se solicitaba a Perú no imposibilitar una cesión territorial por parte de Chile. Entre 1937 y 1939, se dedicó a dirigir la Legación en Brasil como ministro Plenipotenciario, uno de sus cargos más cortos pero que dejó una importante huella política. En 1938, encabezó un giro significativo con Brasil que culminó en tratados sobre la interconexión ferroviaria y el aprovechamiento de recursos petroleros. Con estos acuerdos, también se buscaba integrar el oriente boliviano al desarrollo nacional para facilitar el acceso al Atlántico y promover la exportación de materias primas. No obstante, la iniciativa generó fuertes resistencias internas en Bolivia: acusaban a Ostria de entregar los intereses del país o favorecer la división regional. Ante ello, tuvo que viajar en repetidas oportunidades a La Paz para explicar y rectificar los motivos reales e influyentes de los convenios. El tiempo demostró que sus acciones favorecieron a la ciudad del trópico, al consolidar a Santa Cruz como un nuevo motor de economía para el país, haciendo posible así su integración plena y promoviendo la prosperidad regional.
Alberto Ostria también ejerció como ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia con una gestión destacada entre 1939 y 1940. En 1940, fue nombrado embajador en Chile. Durante su cargo, el 10 de febrero de 1941, firmó en Buenos Aires el tratado que dio inicio a la construcción del primer tramo ferroviario entre Yacuiba, Santa Cruz y Camiri-Sucre. Después, fue encomendado nuevamente a la dirección de la cancillería por el presidente Enrique Peñaranda (1940-1943) hasta inicios de 1942. Durante esta etapa, revitalizó el ministerio impulsando una estrategia de integración regional para el país por su ubicación estratégica y el gran potencial con redes de comunicación fluvial y marítima sudamericanas. Es así que, sus logros destacados fueron la consolidación del vínculo ferroviario entre Santa Cruz y Buenos Aires y la negociación de un empréstito con el fin de dar inicio a la obra de la carretera Cochabamba-Santa Cruz.
En 1942, Ostria abandonó su puesto como Canciller para asumir la legación diplomática de Bolivia en Chile, desempeñándose como embajador hasta 1943. Sin embargo, cuando Gualberto Villarroel asumió como presidente de la junta militar de gobierno en 1943 y luego como presidente provisional en 1944, se vio obligado a exiliarse. En 1946, retomó sus funciones diplomáticas en Santiago, tras el asesinato de Villaroel (21 de julio) y la caída del régimen, ejerciendo de nuevo como embajador hasta 1952. Lideró gestiones significativas con representantes chilenos con el objetivo de promover una solución y proponer la creación de un puerto a cambio de compensaciones no territoriales para Chile.
Con estas acciones, consiguió avances significativos para la problemática marítima. Entre ellos, obtuvo un reconocimiento formal por el gobierno chileno admitiendo la existencia del problema territorial con Bolivia, cambiando la posición negativa que tenían hasta entonces. Con el trabajo colectivo entre él y el canciller chileno Horacio Walker Larraín, se pudo abrir un espacio para nuevas negociaciones que estaban cerradas a causa del Tratado de 1904. Así, impulsó esta negociación directa para una salida soberana al mar y logró una respuesta favorable de Chile, concretándose en el intercambio de notas oficiales suscritas en junio de 1950. A pesar de los esfuerzos, la propuesta no avanzó a causa de los conflictos internos en Bolivia, aun así, fue la primera vez desde 1904 que Chile aceptó formalmente negociar sobre el tema marítimo. Este precedente, marcó un paso donde Chile ofreció ceder una zona territorial al norte de Arica hasta la Línea de la Concordia, conectando a Bolivia con el Océano Pacífico.
Tras el éxito de la Revolución Boliviana en 1952, Ostria se vio obligado a exiliarse nuevamente. Hacia finales de ese año, se apartó de forma definitiva del servicio diplomático. Para conseguir sustento económico, empezó a trabajar como asesor literario en la Editorial Zig-Zag de Santiago de Chile hasta sus últimos días. Se encontraba en un ámbito que le apasionaba, y solía decir que debía dedicarse a libros de otros, haciendo a un lado los propios. En 1964, emprendió un viaje a México junto a esta empresa y participó en la Exposición Americana del Libro, ocasión en la que impartió una ponencia titulada «El editor y el libro».
Los homenajes que recibió antes y después de su fallecimiento, fueron el reconocimiento de su destacada trayectoria académica. Se le rindió homenaje de forma pública por su destacada participación en el Pacto de 1936. Tras su muerte, el Senado Nacional de Bolivia le rindió homenaje por su papel de excanciller, a través de un acta de sesión firmada el 27 de agosto de 1967. Estuvieron presentes los senadores Siles Salinas, Elío y Kempf Mercado, quienes brindaron emotivos discursos. A su vez, el 27 de agosto de 1968 se realizó una sesión especial en honor a la memoria de Ostria Gutierrez por parte del Senado Nacional de Bolivia. En este acto, se aprobó la minuta como un acto de justicia y de reconocimiento a la destacada labor diplomática como ex canciller y gestor de la conexión ferroviaria con Brasil y Argentina. En su homenaje, se dio oficialmente el nombre de «Alberto Ostria Gutiérrez» a la estación ferroviaria localizada en Puerto Suárez, departamento de Santa Cruz, en cercanías de la frontera con Brasil.

Obras destacadas
La trayectoria como hombre de letras de Alberto Ostria se inició con publicaciones en el periódico La Mañana, dirigido por Claudio Peñaranda. La obra y producción de Ostria se divide en dos facetas principales: una de carácter político-combativo y otra de naturaleza literaria. La mayoría de sus escritos literarios son del género narrativo, cuentos de estilo costumbrista con un equilibrado sentido estético, precisión y claridad. En su tiempo libre, fuera de sus labores de oficina y obligaciones, Ostria solía buscar libros sobre la vida de los pueblos indígenas, tenía cierta afición por las ediciones raras de antiguas crónicas, con las que formó su biblioteca.
Entre sus primeras composiciones se encuentra El Estado de sitio, a la que ya se ha hecho alusión. Luego, el libro de cuentos El traje del Arlequín, que se publicó por primera vez en La Paz en 1921. Es una obra que reúne obras de dos jóvenes chuquisaqueños: Adolfo Costa du Rels y Alberto Ostria Gutiérrez,. Esta obra incluye trece relatos de Costa du Rels y trece cuentos de Ostria Gutierrez.
Entre sus obras, también se encuentra Rosario de leyendas (Madrid, 1924), con un prólogo de Alfonso Reyes. Con esta obra, Ostria fue reconocido como un auténtico tradicionista boliviano de gran nivel. El libro cuenta con una colección de relatos tradicionales inspirados en aquellos que escuchó de la gente del pueblo durante su infancia. La obra está dividida en seis secciones temáticas: El Descubrimiento, El Imperio de los Incas, La Conquista, El Coloniaje, La Independencia y La República. Destaca la simpatía del autor por la cultura indígena y una crítica a la conquista española. Incluye leyendas que rememoran distintas etapas de la historia con un estilo delicado y estético. Alfonso Reyes, en el prólogo, sostiene: «Su estilo no tiene sobresaltos ni esfuerzos artificiales de color local, con tratar a veces motivos muy locales —ni americanismos inútiles; siendo poético no se hincha de pueriles lirismos. Todo es normalidad, mesura» (apud Francovich, 1975, p. 82). Otra de sus obras es La casa de la abuela (Madrid, 1925). Se presenta con un testimonio personal sobre las impresiones de Madrid desde la mirada de un sudamericano. Cuenta con una riqueza descriptiva de los barrios, costumbres y la vida cotidiana en la capital de España. Francovich recoge una apreciación de José Eduardo Guerrero sobre esta obra, quien señala: «La inclinación sentimental y estética por las cosas de España latentes en muchos escritores y artistas bolivianos se puso de manifiesto hace algunos años en La casa de la abuela de Ostria Gutiérrez, guía de Madrid para el americano sensitivo que, en lo que la capital española tiene de sugerente casticismo, sabe encontrar un algo que le da la ilusión de que al dejar el terruño, es decir —según Ostria— ‘la casa de la madre’, para visitar la de la abuela, sólo ha cambiado de barrio sin trasponer los muros de la gran ciudad hispanoamericana” (Guerrero, José, apud Francovich, 1975, pp. 82-83).
Más tarde, hizo público La Doctrina del no-reconocimiento de la conquista en América (Rio de Janeiro, 1938). Siendo parte del Instituto de la Orden de los Abogados del Brasil (da ordem dos advogados brasileiros) presentó esta tesis que cuenta con ocho puntos esenciales sobre la doctrina de no-reconocimiento que fue una política internacional clave en los años 30. La obra se ocupa de analizar su origen, aplicación y evolución con el pasar del tiempo con una reflexión jurídica y política vigente en ese entonces dentro del contexto americano.
Satuco (1939), un cuento publicado en la Revista Kollasuyo nº 12 en La Paz, mantiene la acción y la intriga en equilibrio. Publicó «Khaya cutirimuy» (1939) en la misma revista (nº 8), y, en el nº 44 apareció Aspectos de la vida de Bernardo O´Higgins (1942).
Otra de sus obras más destacas es el ensayo Una revolución tras Los Andes (Santiago de Chile, 1944), en él se tratan temas internacionales de política europea y los procesos revolucionarios de América Latina, se presenta un análisis del impacto global en la región acompañado de reflexiones con respecto a las transformaciones políticas experimentadas. La obra recibió elogios de figuras intelectuales y políticas de su época, como Arguedas, quien sostuvo: «Por primera vez en mi vida de escritor envidio el gesto y admiro la actitud de otro escritor. Son los de un hombre honesto y decidido, que se juega el todo por el todo, arrojándose sin vacilar en lo más duro de la refriega y resuelto a defender eternos principios que no se destruyen con el terror o con la sangre» (apud Francovich, 1975, p. 85). Por su parte, Gustavo Adolfo Otero resaltó: «La severidad de su estilo, libre de adorno y de transparente documentación, hace de él uno de los señores documentales, que habrán de consultarse en el futuro en estas luchas, angustiada e impelida dentro de nuestra historia» (apud Francovich, 1975, p. 86).
También, el escritor y político peruano Manuel Seoane afirmó: «Escrito con donosura —Ostria Gutiérrez es un recalcitrante escritor de cintilantes méritos—, sus 230 páginas se abordan en una sola sesión de cuatro horas. Tal es su interés, amenidad y hondura» (apud Francovich, 1975, p. 86).
Una obra y un destino: La política internacional de Bolivia después de la guerra del Chaco (Buenos Aires, 1946) cuenta con una segunda edición corregida y aumentada de 1953. La obra constituye una síntesis documentada de la labor extensa que desempeñó Ostria en la diplomacia y representa uno de los aportes más influyentes al desarrollo boliviano en el siglo XX. Se trata de la experiencia del autor como representante del país en diferentes misiones diplomáticas. El libro enfatiza el surgimiento de una nueva concepción de la política internacional boliviana, propone vías concretas para mejorar la situación geográfica del país y sus condiciones económicas, y se transforma en una referencia fundamental para la comprensión de la política exterior durante la postguerra del Chaco. Eduardo Frei Montalva, expresidente de Chile, destacó: «Ningún libro le presta un servicio mayor a Bolivia, porque da una idea muy constructiva y muy precisa sobre la significación política y económica de esa nación en el cuadro de nuestro destino común de americanos del sur» (apud Francovich, 1975, pp. 83-84). Posteriormente, en Santiago de Chile se publicó Un pueblo en la Cruz: el drama de Bolivia (1944), una obra combativa que muestra el pensamiento de un escritor político inconforme con los nuevos cambios que atravesaba el país. De esa forma, Ostria Gutiérrez compartió críticas contundentes a las prácticas políticas, errores y abusos del sistema de gobierno de esas épocas. Respecto a esta obra, el escritor peruano Eduardo Chirinos Soto expresó su impresión: «Con aquella misma sensación de angustias impaciencias que únicamente provocaban en mí las novelas de Dostoiewski, acabo de tomar tregua para leer de golpe el libro que ha escrito Alberto Ostria Gutiérrez, estadista y pensador de Bolivia, en derrotero de la triste situación de su país. Aunando como un relicario de intensas verdades, un estilo firme de formales argumentos, agilidad emocional, esencia de ánimo periodístico, enjundiosa, documentada y reflexiva como un angustioso fondo, el libro de Ostria Gutiérrez condensa el patetismo de un llanto alejarse en las ruinas de la patria desolada, deshecha y sin rumbo” (Chirinos Soto, apud Francovich, 1975, p. 86).
En 1958, la editorial Devin Adair de Nueva York publicó Un pueblo en la Cruz: el drama de Bolivia en inglés: The tragedy of Bolivia. Este libro representa la última publicación de Alberto Ostria Gutierrez, hace en él un minucioso análisis político de una de las épocas más controversiales de la historia de Bolivia.



Bibliografía consultada:
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Costa, Adolfo & Ostria Gutierrez, Alberto, El Traje de Arlequín, La Paz, Empresa Editora GONZALEZ Y MEDINA, 1921.
El cuento boliviano, «Satuco», 19 de septiembre de 2012. Disponible en: https://elcuentoboliviano.blogspot.com/2020/09/satuco.html?utm_
EDUCA, (s.f) «Alberto Ostria Gutiérrez». Disponible en: https://www.educa.com.bo/content/alberto-ostria-gutiérrez Consultado el 3 de junio de 2025.
Francovich, Guillermo, Alberto Ostria Gutierrez, La Paz, Editorial POPULAR, 1975, pp. 13-100.
Gumucio Granier, Jorge, «Alberto Ostria y el pacto con Perú de 1936», Agenda Internacional 49, 9, 1997, pp. 97-106. DOI: https://doi.org/10.18800/agenda.199702.004
Guzmán, Augusto, Poetas y escritores de Bolivia, La Paz, Los Amigos del Libro, 1975.
Ortega, José y Cáceres Romero, Adolfo, Diccionario de la literatura boliviana, La Paz, Los Amigos del Libro, 1977.
Ostria Gutierrez, Alberto, La doctrina del no-reconocimiento de la conquista de América, Río de Janeiro, Imprenta Borsoi & Cia, 1938.
Ostria Gutierrez, Alberto, Rosario de Leyendas, Madrid, 1924, pp. 7-13.
Ostria Gutierrez, Alberto, Una obra y un destino: la política internacional de Bolivia después de la guerra del Chaco, Buenos Aires, Imprenta Lopez, 1953.
Ostria Gutierrez, Alberto, Un pueblo en la cruz: el drama de Bolivia, Santiago de Chile, Editorial del Pacífico, S.A., 1956.
Ostria Gutierrez, Alberto, Una revolución tras los Andes, Santiago de Chile, Editorial Nascimiento, 1944.
Ostria Trigo, Marcelo, «Alberto Ostria Gutiérrez y las notas del 50», Eju!, 23 de marzo de 2018. Disponible en: https://eju.tv/2018/03/alberto-ostria-gutierrez-y-las-notas-del-50/
Pradel B., José E., «Alberto Ostria Gutiérrez, su obra diplomática en España (1922 - 1926)», El Diario, 7 de agosto de 2012. Disponible en: https://www.pub.eldiario.net/noticias/2012/2012_08/nt120807/nuevoshorizontes.php?-alberto-ostria-gutierrez-su-obra-diplomatica-en-espania-1922---1926=&n=4&utm



Autor: equipo de la BPB.
Fecha de publicación: 2025.

  • El traje del Arlequín

    Narrativa (cuento), 1921

  • Rosario de leyendas

    Narrativa (leyenda), 1924

  • La casa de la abuela: impresiones de Madrid

    Narrativa (ensayo), 1925

  • La Doctrina del no-reconocimiento de la conquista en América

    Narrativa (ensayo), 1938

  • Una revolución tras Los Andes

    Narrativa (ensayo), 1944

  • Una obra y un destino

    Narrativa (ensayo), 1946

  • La perennidad de Bolivia

    Narrativa (ensayo), 1947

  • Un pueblo en la cruz

    Narrativa (ensayo), 1953

  • «Khaya cutirimuy»

    Narrativa (cuento), 1999

  • «Cachoj - Biriri»

    Narrativa (cuento), 2012

  • «Rumihuacachi»

    Narrativa (cuento), 2012 (Publicación original en {Rosario de leyendas}, Madrid, 1924)